Tarta para Higgs, Englert y el CERN: Premios Príncipe de Asturias y Nobel de Física 2013

Foto: Jonatan Piedra

Si algún día llego a tener nietos, probablemente una de las primeras batallitas de abuela que les contaré será cómo llegué a hacerle una tarta a un premio Nobel de Física y Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica.

Foto: Jonatan Piedra

¿Os acordáis de la tarta de El Principito y el bosón de Higgs? Aquella tarta la hice para celebrar el flamante doctorado de mi amiga L., investigadora del CERN, pocos días después de que se confirmara empíricamente la existencia del bosón y del posterior fallo del Premio Príncipe de Asturias que recaería sobre Higgs, Englert y el CERN.
Estaba tan orgullosa y tan contenta de tener una amiga cuya tesis doctoral versaba sobre uno de los mayores descubrimientos en el campo de la física de los últimos tiempos, que para una licenciada en física como yo, cuya vida profesional ha ido por otros derroteros, diseñar y hacer esta tarta fue muy especial.

Pues, imaginad la euforia cuando el 8 de octubre anunciaron que Higgs y Englert acababan de recibir el Premio Nobel de Física, justo antes de su esperada llegada a Oviedo.
Y en este contexto eufórico, L. me cuenta que se ha programado que Higgs, Englert y los representantes del CERN visiten la Facultad de Ciencias, y que se le ha ocurrido la brillante idea de sorprenderles, en alguno de los actos, con una tarta temática hecha por mí...Y va su equipo de la universidad y la secunda.
Oigan, que yo estudié mucha mecánica cuántica, física atómica y nuclear y todo eso, pero, hacerle una tarta al Nobel, ¡es mucha presión!

Foto: Jonatan Piedra. De izquierda a derecha, J. Cuevas, F. Englert, P. Higgs y S. Bertolucci

Quién me iba a decir a mí hace unos cuantos años, cuando pasaba horas en esta facultad, que me iba a encontrar un día metida en un despacho poniendo partículas elementales de azúcar sobre una tarta...chocante ¿verdad?

Fotos: Jonatan Piedra

Si al mirar la tarta sólo veis unas bolitas de colores con letras, un anillo azul pitufo cuyo color no pega ni con cola, y unos manchurrones plateados sobre el fondant de chocolate, he de contaros alguna cosa.

Las bolitas con letras, simbolizan las partículas elementales que componen la materia y que son objeto de estudio en el acelerador de partículas (LHC) del CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear), siendo gran protagonista en esta ocasión, entre todas ellas, el bosón de Higgs.
El anillo azul es una réplica del LHC o Gran Colisionador de Hadrones. Éste se trata del acelerador de partículas más grande del mundo, colocado en un túnel de 27 kilómetros de circunferencia en Ginebra y en cuya construcción han participado cientos de universidades y laboratorios y más de 2000 físicos de 34 países.
Dentro del colisionador, las partículas son aceleradas hasta alcanzar velocidades próximas a la de la luz y al chocar entre sí, producen energías tan altas que permitirían simular algunos eventos ocurridos inmediatamente después del Big Bang. Es por ello que L. diseñó la tarta abstrayendo esta idea del origen del universo, y de ahí el fondo oscuro de la tarta con los destellos plateados, que pretende simular el espacio lejano.

Foto: Jonatan Piedra

Aquí tenemos a Bertolucci, director de investigación del CERN, creo que intentando arrancar mi acelerador de partículas. Yo creo que lo quería guardar en su maletín porque alguien le filtró que el acelerador de fondant trabaja con haces que superan los 8TeV jeje ;P

Ahora en serio, a mí me parece increíble como el ser humano ha sido capaz de crear aparatos como el LHC, pero aún más increíble me parece cómo es capaz de postular una teoría a partir de un concepto abstracto, como en este caso la posible existencia de una partícula que explicaría la masa en las partículas elementales, y que su descubrimiento empírico sea algo tan sumamente relevante en la evolución del conocimiento, que implique tal desarrollo de tecnología, que suponga la inversión de miles de millones de euros y que miles de personas de todo el mundo trabajen en ello.

Y, ¿qué nos queda después del descubrimiento del bosón de Higss? Pues mucho camino por andar. El LHC nos puede devolver resultados que expliquen, por ejemplo, de qué materia desconocida está hecha el 95% de la masa del universo, esto es, la materia oscura. O si existen más dimensiones de las que hoy en día se han podido percibir. O el número de partículas totales del átomo. Precisamente, hace 4 días han publicado que el experimento LHCb ha confirmado la existencia de hadrones exóticos, un tipo de materia que no puede clasificarse dentro del modelo tradicional. Y hoy mismo, La Nueva España publica un artículo acerca de una línea de investigación del CERN que aplica la antimateria en la detección precoz y tratamiento posterior de tumores de mama.

Después de esta larguísima entrada, de las que no acostumbro a hacer, me despido con Across the Universe.

Besos,

Lore