Tarta de boda

"¡Misión cumplida!" Esto es lo primero que se me pasó por la cabeza cuando apoyé la tarta en la mesa del restaurante. Os haréis cargo de la presión que supone poner una masa de fondant blanca inmaculada sobre una capa de crema de chocolate cuyo color y untuosidad puede filtrarse por cualquier resquicio; o montar por primera vez un piso de unos cuatro kilos sobre otro, con la incertidumbre de si el tutorial del que me he fiado acertará en el desafío de las leyes físicas.

Pero salió bien, y por qué no decirlo: ¡Estoy muy orgullosa!

La tarta está hecha con:

• Bizcochos de buttermilk y vainilla de 20 y 25 centímetros de diámetro respectivamente y 6-7 centímetros de alto (cortados en 3 capas).
• Relleno de crema de mantequilla, merengue suizo y choco-avellana.
• Cubierta de fondant blanco sabor vainilla de Funcakes, rosas y perlas hechas con el mismo fondant y coloreadas con el gel Creamy Peach de Wilton y spray Pearl de PME respectivamente.
• Puntos de glaseado real.

Os voy a poner la receta del bizcocho que, aun teniendo la consistencia compacta que requiere una tarta con pisos, es jugosísimo y tiene un sabor delicioso. Está  tomada del blog Tartacadabra, adaptada a las medidas de los moldes que usé y readaptada a las necesidades surgidas sobre la marcha y os explico esto último. Tras un sencillo cálculo de volúmenes, concluí que para hacer los dos bizcochos necesitaba multiplicar las cantidades de la receta por 2,6. Peeeeeero, no sé si porque pesé mal la cantidad de levadura, o porque usé unas bandas que, adheridas al molde, se usan para que el bizcocho suba uniformemente "sin barriga", o simplemente porque las cantidades de la receta  no dan los 6-7 cm. de altura, pero se quedaron bajitos y tuve que hacer otros dos más. En cualquier caso, mi consejo es que probéis con estas cantidades y, si os sobra bizcocho, siempre podéis hacer unos cakepops deliciosos.

Bizcocho de buttermilk

Ingredientes:

 

Preparación:

Engrasamos los moldes, pegamos en la base un círculo de papel vegetal y precalentamos el horno a 160ºC.

Tamizamos la harina, mezclamos con el resto de ingredientes secos (levadura, bicarbonato y sal) y reservamos.

Mezclamos aparte la leche con el zumo de limón y dejamos reposar para obtener el buttermilk. NOTA: Si queréis utilizar buttermilk comprado (no es muy frecuente en los supermercados), las cantidades a emplear serían: 300 ml. (20 cm), 480 ml. (25 cm) y 780 ml. (20+25 cm).

En otro bol, batimos la mantequilla con el azúcar hasta obtener una masa esponjosa y suave.

A velocidad baja, añadimos los huevos, uno a uno, para que se integren bien y le entre bastante aire a la masa. Añadimos al buttermilk el extracto de vainilla.

Ahora iremos incorporando alternadamente pequeñas cantidades de la mezcla de ingredientes secos y del buttermilk, empezando y acabando con la primera.

Cuando todos los ingredientes estén perfectamente integrados, repartimos en los moldes y metemos en el horno. La cocción dura, aproximadamente, una hora y cuarto o un poco más (aunque esto depende del horno). Yo lo pongo en la parte más baja, con calor abajo y grill, y cuando veo está dorado, lo tapo con un papel de aluminio. Luego hay que ir comprobando el punto de cocción con el palillo para que no se haga demasiado.

Dejamos templar el bizcocho en el molde unos 15 minutos. Luego desmoldamos, retiramos el papel con cuidado y lo dejamos enfriar completamente sobre una rejilla antes de cortarlo.

Y, no nos íbamos a quedar sin probar el resultado, así que hice unas réplicas en miniatura:



El proceso



El tema que elijo para esta entrada forma parte de la banda sonora de La boda de mi mejor amigo y es What the world needs now is love...¿no creéis?

Besos,

Lore